lunes, 4 de julio de 2011

Bienvenidos de nuevo fieles lectores. Han de disculpar mi patetica ortografia y falta de acentos pero escribo a ustedes desde mi humilde chulifon. Me estoy ahogando, ahogando como cuando ven un gato rejurgitando un hueso, o escupiendo su pelusa. Todas las letras se agolpan en mi grande pero casi nueva cabezota. Y todo por culpa de la ociosidad (como somos buenos los mexicanos para echarle la culpa a cualquiera) esa ociosidad maligna que ato mis manos todo este tiempo para impedirme escribir, leer, o torear a las neuronas pa' que salieran a pastar un rato. Sin embargo bien dicen que todo vuelve a donde es, y heme aqui, la hija prodiga de la falacia ha vuelto. Tristemente nadie corre a mi encuentro pero cuando uno tiene la certeza de que hay que llegar pos con la pena y todo una llega. Estimado lector, si usted aun tiene la vaga idea de que este texto llega a algun lado, esta en un error. No llegara mas lejos que a donde me ha traido. La buena noticia es que este cuento, por hoy, se acabo.