martes, 31 de agosto de 2010

En una muestra cualquiera...

Primer acto:
Unos científicos chinos toman un pedazo de colchón y se ponen a revisar la cantidad de ácaros existentes:
-Todos esos bichos son iguales, patones, semipeludos y fellitos!

Segundo acto:
En Como Sea, Refus, el hermano de Katrina Pepina, mira interesado un documental acerca de unos chinos que investigan los colchones:
- ¡Ay! Todos esos chinos están iguales, ni puede uno distinguirlos. Bajitos, de ojillo rasgado y amarillos.

Tercer acto:
Desde el espacio, unos marcianos verdes y ojones (porque supongo que todos se parecen) observan confundidos a los terrestres de una ciudad cualquiera:
- Ya ves? Se me perdió el terrestre ese que andaba siguiendo. Es imposible! Todos son iguales, dos ojos, dos brazos, y esa cosa que tienen en medio del rostro.
-Nariz, se llama nariz...

Katrina Pepina cree que desde aquel punto sin retorno donde el universo se contraerá de nuevo, todo se ha de ver como un montón de pelotillas de esas que hay en los juegos de McDonald's. De muchos colores distintos, pero al fin pelotas. Y se divierte viendo como la estandarización es en principio un concepto difícil de evitar.

Ahora de reversa:

Tercer acto (segunda parte):
-Lo bueno es que nosotros si nos distinguimos, no como ellos. Mira, es obvio que mi cabeza mide seis octolatros* mas que la tuya...

Segundo acto (segunda parte):
-Refus, no digas eso. Eso han de decir también los chinitos de tí.
-No, ellos piensan que uso huaraches, gabán, sombrerote, y que duermo abajo de un nopal. Pobres, no saben que soy guapo, simpático y original...

Primer acto (segunda parte):
-Ja! Tontos televidentes, mientlas ven el ploglama nosotlos nos leploducimos pala dominal el mundoooo! Aholita que estamos en comelciales saca la maquina clonadola...


*Octolatros: Unidad de medida de los marcianos.

lunes, 30 de agosto de 2010

Del camino y otros menesteres.

Los seres humanos vivimos en base a metas. Solemos plantearnos objetivos alcanzables a cierto plazo de tiempo, y al llegar al resultado, empezamos un nuevo proyecto.

Eso ha sucedido ya con la pequeña Caramelita. Desde que aprendió a leer y escribir, anda por aquí y por allá echando brincos y descubriendo que ha de hacer los siguientes veinte minutos. Después de terminar su "Súper carruaje mágico transportador de princesas", se ha quedado pasmada pensando qué será lo que salvará de nuevo al mundo.

Lo cierto es que lo divertido de llegar es el camino, por supuesto. Como cuando Má y Katrina Pepina se echan por varios meses una "telenoverla" completa. El día del gran final, o se les olvida o se juntan a verla para burlarse de lo falso que se ve todo, y al último terminan sacando cuentas de con cuántos otros actores ha compartido el altar esa misma protagonista, a la que sólo le cambian el vestido, el mono de al lado y los implantes. Pero me desvío del tema...

Caramelita hoy se levantó temprano y encarrerada corrió a darles el desayuno a sus chachalacas: Cucurucho, Gonzalita, los dos dinosaurios, la gallina muchacha (como ella la llama) y los tres tristes triates fruto del amor desenfrenado entre los dos primeros mencionados.

-Ya te faltan menos para el equipo de futbol...-Sugiere Refus cuando todo el animalero corre a la puerta a desayunar.

Al hacerse conciente la dulce niña de tan profunda observación, ha decidido enseñarlos a bailar.

-Es lo menos que puedo hacer por ellos, así podrán trabajar en un circo y ganar su propio dinero...-Comenta Caramelita con actitud de madre esperanzada.

Katrina Pepina comenta que si lo que quiere es ponerles un negocio, debería de hacerles una fosa séptica y vender su relleno como fertilizante.

-Al cabo pa' eso ya están amaestrados, nomás es cuestión de que les enseñes dónde tienen que vaciar sus gracias...

-¡Má! ¡Mi hermana ya está diciendo su montón de tonterías!-Grita la antes dulce niña ahora rubicunda.

Ni modo. Hasta ahora no ha desistido de su plan. Los individuos alados corren de aquí para allá al verla llegar con su varita amaestradora en mano, y no se ha visto aún que se meneen con los pasos certeramente impuestos por nuestra pequeña coreógrafa.

A veces creo que es más probable que Refus, con sus dos pies izquierdos y su baile de columpio, se aprenda ese ritmo tan llegador como lo son "las divinas".

Eso sí, la santa divertida que nos hemos arrimado estos días nadie nos la quita, y en el increíble dado caso de que los pollejos aprendan a menear el rabito, ustedes, queridos lectores, serán los primeros que han de comprarme boletos para el circo. Prometo que las palomitas costarán a quince y no a veinte como en los gandallas espectáculos que hasta ahora he presenciado, y que serán recalentadas de sólo dos días, no de tres.

jueves, 26 de agosto de 2010

abc

Katrina Pepina tiene unas grandes amigas. Las letras.
Les encanta jugar juntas a cada rato. Katrina Pepina las toma de la mano y se las lleva corriendo por el cerro, brinca que  brinca. Piedra tras piedra. Las menea y las forma de un lado y luego del otro y las pone de cabeza.
Cada día amanece distinto y ellas juegan a formarse de todas maneras sin decir nada.
Son como la colita de un papalote, suaves, flexibles, eternas.
Ella sabe que siempre le han de acompañar. Son como su Sancho Panza, escuderas fieles en un burrito de planchar.

Juegan a hablar sin decir nada:
-El consorcio ominioso de la ternura idolatrada con el aspecto de la concepción eterna de los placeres banales y la inconclusa esperanza de la reticente acera dulce en un tierno nocturno cantado a pleno sol...

Y luego, se miran unas a otras y ¡sueltan la carcajada!

Todos esperan ser distintos, distintos y únicos de a deveras. Pero hay mil pintores buenos, cientos de poetas, gimnastas y bailarinas desconocidos pero eternos.
Entonces, ¿cómo puedo saber cuál es la característica que de verdad me hace totalmente distinta y especial?

-Yo juraría que son esos bigotes verdes que no cualquiera tiene...

Pero más allá del transporte físico que me acarrea, que me arrastra literalmente cuando enfermo, hay algo adentro, en la panza, o a lo mejor en la tripa flaca, que me hace diferente.

Qué maravillosa y sabia creación la que me acomodó aquí, que ciclo más perfecto el que te puso a mi lado.

Y mientras vivo y mientras muero, espero que esas fieles amigas llenas de jugo me sigan salpicando la cabeza y sigan llegando a mí como puedan, chuecas, mal acomodadas, pero siempre aquí.

viernes, 13 de agosto de 2010

Escorbuto tomó clases de natación.

Su primer día tenía todo listo, sus flotadores, gogles, llanta de dinosaurio, aletitas para pies, y un protector solar fps350.

Llegó hecho licuado de camarón. Le dolía esto, le dolía aquello y con un color bastante característico.

-¡Hoy aprendí a sacar el aire por la nariz!!!

-¿Pues cuál curso tomaste siempre, el de "no ronque más" o el de natación?

Aprendió tambien a flotar de piedrita, dicen por ahí, porque "va pa' bajo y pa' bajo y pa' bajo..."

Lo cierto es que después de una semana no sólo olía a pescado, ya sabía nadar como uno.

Y flotaba por aquí, y un poquito por allá, el salto del charal, etcétera, etcétera.

-¡Fueron los mejores cuatrocientos pesos invertidos en toda mi vida! -Se le salió decir a Escorbuto.

-¡¿Ahhh siii?!!! ¡Juraba que ese puesto lo tenía yo!...

jueves, 5 de agosto de 2010

Katrina Pepina y las pulgas mágicas.

Después de trabajar como mulilla de carga, Katrina Pepina se tomó unas vacaciones.

La verdad no pensaba ir a ningún lado, esperaba estarse todo el fin de semana echadota con maíz en la barriga para que su chachalaca Gonzalita la acicalara muy bien.
Sin embargo, después de ponerse mil pretextos inútiles para abandonar la posibilidad de echarse el costal al lomo y agarrar al cerro, su conciencia se le reveló en un sueño:

- ¡Qué barbaridad! puras trabas contigo. Cuando no tienes ganas, no tienes calzones limpios, o se come la tarea el perro (que por cierto tampoco tienes).
Siempre hay un pretexto pa' no salir a vivir tu vida loca. O agarras tus chivas y te vas, o voy a traer a tu mente todos esos recuerdos que quisiste esconderme y te voy a torturar. Decide...

Al despertar, Katrina Pepina miró a su alrededor como esos raros iluminados que de repente le encuentran sentido a su existencia.

-¡Má! ¿Dónde estarán esos pantalones rotos que uso para viajar?

-Después de hacer una maleta improvisada -sin champú, jabón y pasta de dientes, por cierto- nuestra indecisa amiga se unió a la comitiva familiar y salieron con rumbo a la Ciudad de las Palmeras Domesticadas.

Dicho y hecho, el Primo Gringo, la Niña High Bass y Katrina Pepina se soltaron la greña. Comían chucherías por montones, se reían a carcajadas por la calle y tragaban frappés hasta que les dolía la panza.

Las mamás -dícese de las mujeres adultas que también disfrutaban de sus vacaciones- sugerían probar algo light en las comidas, y, después de deshacerse de los mocolescentes, corrían por café, pastel y postres. Eso sí, llegaban a la casa y cenaban ligero. Esque ellas cuidan mucho su salud.

La Niña High Bass tiene una pequeña gatita. Con un ojo azul y el otro miel. Hubo un tiempo en que todos adoraban a esta minina, hasta que creció, empezó a ser social, y sus compañeros de pachanga le pegaron las pulgas.

Cierto día, antes de volver a Como Sea, Katrina Pepina comentó:

-¡Qué pena! Me voy a ir y no va a haber nada que me diga que todo esto no fué un sueño...

Y dicho esto, se quedó dormida.

Su sueño era muy confuso, ella sonreía y miraba las pequeñas lucesillas que la rodeaban y cantaban una dulce melodía:

-...un regalo te vamos a hacer,
     que nos vas a agradecer,
     cuando despiertes verás,
     que olvidarnos no podrás...

Por la mañana, al vestirse para viajar de nuevo, sintió comezoncilla, pero tenía prisa.

Cuando llegó a casa, ya estaba desesperada y quería tener como tres manos extra para rascarse.

Al charlar de nuevo con su familia, de la que se había despedido, descubrieron que habían tenido el mismo sueño, y ¡También estaban llenos de ronchas!

Todo fué muy misterioso. Hay cosas que no se explican. Pero lo cierto es que ahora nadie puede dudar acerca de dónde estuvo estas vacaciones...