domingo, 5 de junio de 2016

Dulces tres y medio.

Mi dulce Aria. Hoy tienes tres meses y medio.
¡Eres pequeñita pero muy lista! Tu tez es blanca como de leche dulce y tu cabello color chocolate. Al sol me parece un poco naranja. Tus ojos color verde olivo muy oscuros, son vivaces y pequeños. Eres adorable. Sonríes todo el tiempo y eres sumamente paciente con las actividades que cada día debo cumplir. A veces te amo, y otras te amo mucho más.
Hay momentos en los que te aferras a mi y te niegas a soltarme. Con tu rostro me dices que me amas y yo no puedo más que agradecer desde lo profundo de mi ser el tenerte conmigo. Así, dulce, vulnerable, pequeña.
Hoy domingo llegue por la mañana del trabajo y te encontré profundamente dormida al lado de tu papi. Ocupando media cama, muy cubierta de cobijas estabas tú. Lo único que quiero al llegar es verte, sentirte cerquita. Así que en el pequeño espacio que había me acomodé. Ahí, toda torcida, a tu lado, me quedé dormida también. Fui feliz.
Desde que llegaste tú soy feliz a cada rato. Lloro mucho también. A veces de nostalgia, de tristeza, de añoranza. Pero he aprendido a llorar de alegría, de amor inexplicable. Gracias por enseñármelo.
Dulce pedazo de mi vida, hasta otro día.