sábado, 22 de marzo de 2014

Panorama sexenal

NOTA IMPORTANTE: Esta entrada fue escrita el jueves, 29 de noviembre de 2012. Esta información es útil para efectos prácticos.

Ahora que el sexenio de Felipito ha finalizado, Katrina Pepina hace changuitos con las dos manos y los piés.

Se despidió el Presidente recordándonos que valió la pena el sacrificio: la sangre derramada, los tapabocas, el precio del huevo, el aumento de pacientes en los hospitales sin el personal necesario, la saboteada de los luzyfuerceños, entre otras cosas.

La verdad Escorbuto y Katrina Pepina a mediados del sexenio apoyaban al fulano éste acusado de borracho.
- Vale la pena - decían - son puros malos los que se mueren - esperaban - todo estará mejor después - rezaban - ¡ya se llevaron a mi pariente que no hizo nada! -terminaron llorando.
- ¡Mentado Felipito, nomás alborotó el avispero y él con traje especial!

Así fué. Después de gritos y gritos de dolor y muerte. De voces como la de Celia Cacho alzadas hasta la ronquera, el cristal empañado de sangre se está empezando a aclarar y lo más temido se hace realidad. Nos usó. Fuimos su carne de cañón y su financiamiento de la corrupción. Nosotros pagamos el precio. ¿Quién más sino nosotros?

Todo fué un cochino plan para caerles bien a los gringos. Para limpiarles el negocio del que somos mandaderos, proveedores, gatos venidos a menos. La violencia se ha triplicado. Los empresarios están escondidos y los pobres son más pobres.
- "Yo seré el presidente del empleo." - escupía, y lo fué. Los funerarios están muy agradecidos.

Los changuitos de Katrina Pepina tienen - claro - su válida razón de ser. Y esque ahora tocó bailar con el más guapo.
- ¡Suertudonas! - dirán algunas. Pero la verdad es que la suerte se acaba cuando el guapo le pide al ministro francés que por favor aprenda español porque el no sabe ni inglés, ni francés ni nada. Y se queda asintiendo toda la reunión porque no entiende nada de lo que dicen. La suerte se acaba cuando en una cumbre los asistentes se ríen de su dicción y pronunciación. Cuando cierra cinco días antes su coronación porque sabe que la gente lo desprecia y teme que le vayan a dañar lo que de veras le sirve - léase corte de cabello y rostro perfectamente afeitado -.

El filósofo Sergio Sarmiento dice que los candidatos siempre son unos y los presidentes otros, y que el susodicho analfabeta merece el beneficio de la duda. Es la esperanza que queda.


- Así que por favor échenme la mano con una velita al santo de su devoción y una plegaria. Y que El Papá de Todos Nosotros nos ampare...