lunes, 31 de enero de 2011

Verduras & vegetales & cosas verdes que no hablan.

Varios días lleva ya Katrina Pepina con el pendiente. No tiene en la cabezota descomunal una remota idea de que plasmar en su bloc.

Anda vacía ya por vario tiempo y las cabras se le van al cerro de repente. Teme caer en una crisis de frustración cítrica de la que nadie pueda sacarla.

Piensa seriamente en ir a tirarse del puente -con un lazo a la cintura, por supollo- para ponerle emoción y salecita a su vida.
Pero luego recuerda las grietas que hay por todas partes en ese puente desde que lo ampliaron, y le dan escalofríos.

-En una de esas se rompe el barrote del que me agarre y ¡mocos! ni agüita dónde caer...

Como segunda opción considera el salir de madrugada a caminar pa' que le arrimen una buena carrereada, ya sea los malos pa' darle chicharrón, o los polis precoces que salen por su lonche a esas horas.

-¡Ay no! qué miedo caer en las manos de semejantes bárbaros. Sólo Dios sabe lo que haya en esa cabezota que cubre la cachucha de "Policía Municipal".

Al final, Katrina Pepina decidió salir a hacer una llamada telefónica a la caseta de la esquina.

-Eso sí que es emocionante, conozco personas nuevas, hablo con las que ya conozco, y veo cómo amaneció la calle.

Pobre muchacha. Por lo pronto riámonos de su desgracia y esperemos que no se vaya a cansar en el trayecto a la caseta. Aunque lo más probable es que se le seque el cerebro con este santo frío aunado a su ninidez. Se va a quedar como vegetal, lo que es bueno, porque así no tendremos que aguantar más posts aburridos como estos ni comentarios insensatos por doquier.

-¡Eso me dió una gran idea!¡He vuelto a la vida!¡Mi cerebro funciona, funcioooonaaa!

Ash. La narradora y sus ideotas. Bueno, cuando pensé que mi trabajo había terminado aquí, esta fulana me sale con que no. A ver que se le ocurre ahora. Saludos a todos y mantengamos la esperanza viva de verla cual apio rancio algún día. Cambio y fuera.


Por cierto, ¡esta es la entrada número cincuenta!¡Pachangooona!¡Pachangooonaaa!

sábado, 22 de enero de 2011

El corrido de los pollos.

Pues resulta que, como ya les había contado queridos bloglectores, la Gonzalita tuvo siete pollejos hace un tiempo. Después de cuidarlos y de alimentarlos incesantemente, a los susodichos les dió viruela.
De ser dulces y amarillos, se convirtieron en pollos-zombies-andantes. Todos granuditos y monstruosos. ¡Yuck!

Como fichitas de dominó fueron cayendo, a pesar de administrarles su medicamento puntualmente.
He aquí el corrido que fué creado para narrar los trágicos decesos de tan ilustres personajes, cántese con tono de acordeón de Ramón Ayala y acento vocal de los Tigres del Norte; cualquier parecido a otras canciones es mera coincidencia:

Yo tenía siete pollitos,
yo tenía siete pollitos,
uno lo piso mi Má, ya nomás me quedan seis, seis, seis.

De los seis que yo tenía,
de los seis que me quedaban,
otro se murio por flaco, ya nomás me quedan cinco, cinco, cinco.

De los cinco que tenía,
de los cinco que quedaban,
otro se lo comió el gato, ya nomás me quedan cuatro, cuatro, cuatro.

De los cuatro que tenía,
de los cuatro que quedaban,
otro se murió de hambre, ya nomás me quedan  tres, tres, tres.

De los tres que yo tenía,
de los tres que me quedaban,
otro se murió de frío, ya nomás me quedan dos, dos, dos...
Hasta ahí la canción, pues todavía quedan dos. Lo curioso es que los que han perecido, -a excepción del pollo que murió bajo la chancla de Má y el postre del minino-, era porque estaban flaquillos y se les cerro el pescuezo y no podían comer, los vivos son los dos mas regordetes.

Katrina Pepina espera que los investigadores aprecien su descubrimiento y se retracten de decir que ser choncho es malo. Si así fuera, las abuelitas volverían del mas allá -o del más acá- a jambarnos de nuevo los platones de sopa y frijoles pa' que estuviéramos "cachetones y rozagantes, bien sanotes", y en lugar de ser el primer lugar del mundo en obesos, seríamos el país más protegido y de gente "chapeteadita".

-No, ya en serio, sáquense a correr y a hacer ejercicio, que quiero alcanzar cama en el hospital cuando los chuchulucos hagan efecto...

Ok, ok, yo también me voy a correr.