sábado, 22 de enero de 2011

El corrido de los pollos.

Pues resulta que, como ya les había contado queridos bloglectores, la Gonzalita tuvo siete pollejos hace un tiempo. Después de cuidarlos y de alimentarlos incesantemente, a los susodichos les dió viruela.
De ser dulces y amarillos, se convirtieron en pollos-zombies-andantes. Todos granuditos y monstruosos. ¡Yuck!

Como fichitas de dominó fueron cayendo, a pesar de administrarles su medicamento puntualmente.
He aquí el corrido que fué creado para narrar los trágicos decesos de tan ilustres personajes, cántese con tono de acordeón de Ramón Ayala y acento vocal de los Tigres del Norte; cualquier parecido a otras canciones es mera coincidencia:

Yo tenía siete pollitos,
yo tenía siete pollitos,
uno lo piso mi Má, ya nomás me quedan seis, seis, seis.

De los seis que yo tenía,
de los seis que me quedaban,
otro se murio por flaco, ya nomás me quedan cinco, cinco, cinco.

De los cinco que tenía,
de los cinco que quedaban,
otro se lo comió el gato, ya nomás me quedan cuatro, cuatro, cuatro.

De los cuatro que tenía,
de los cuatro que quedaban,
otro se murió de hambre, ya nomás me quedan  tres, tres, tres.

De los tres que yo tenía,
de los tres que me quedaban,
otro se murió de frío, ya nomás me quedan dos, dos, dos...
Hasta ahí la canción, pues todavía quedan dos. Lo curioso es que los que han perecido, -a excepción del pollo que murió bajo la chancla de Má y el postre del minino-, era porque estaban flaquillos y se les cerro el pescuezo y no podían comer, los vivos son los dos mas regordetes.

Katrina Pepina espera que los investigadores aprecien su descubrimiento y se retracten de decir que ser choncho es malo. Si así fuera, las abuelitas volverían del mas allá -o del más acá- a jambarnos de nuevo los platones de sopa y frijoles pa' que estuviéramos "cachetones y rozagantes, bien sanotes", y en lugar de ser el primer lugar del mundo en obesos, seríamos el país más protegido y de gente "chapeteadita".

-No, ya en serio, sáquense a correr y a hacer ejercicio, que quiero alcanzar cama en el hospital cuando los chuchulucos hagan efecto...

Ok, ok, yo también me voy a correr.

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