Katrina Pepina ama venir aquí. A este desierto letroso. Ególatra, egocéntrica, egoléxica.
Es un remanso de aguas de colores para su alma.
Tornasoles, azules, transparentes. Medio turbias a veces. Le recuerdan su profunda dulzura, estupidez y humanidad.
Es un abrazo tibio de palabras propias. Unas falsas, otras inventadas, muchas mal escritas.
Pero suyas. Enteramente suyas.
Es el lugar donde nada la oculta. Todo se lee. Muchas veces entre líneas, y lo más probable es que el mundo no entienda a ciencia cierta porqué chilla tanto esta mujer. O tal vez si.
- Está loca - dicen por ahí. Y si, lo está.
Loca de amor por la vida, por su familia, por su trabajo, por el sol, loca de suerte. A veces buena, a veces no tanto.
En este sitio puede ser tan loca o tan lúcida como quiera. Tan suya o tan de cualquiera. Rimosa o sólo señora con prosa.
- Ojalá algún día tenga suficientes cuentitos como para llenar un folleto. - Se dice, mientras piensa en los libritos que dan los testigos de Jehová.