martes, 9 de febrero de 2016

Carta de embarazo a mi hija

Para Aria Yireh.

Mi pequeña niña, hace tanto tiempo ya que quería escribir esto. Que necesitaba decirte cuanto te amo al saberte cobijada en mi vientre y pequeña. Frágil. Han pasado muchas cosas en nuestra vida estos meses y las prisas y los miedos no me habían permitido sentarme en santa paz a hacer lo verdaderamente importante, escribirte esta carta para que puedas saber lo que se siente tenerte en la pancita mi pequeña muñeca. El día de hoy, tu papi esta preocupado porque me siento mas cansada que otras veces y tengo unos dolorcitos en mi espalda y en la parte baja de tu casita, mi vientre. Es muy probable que pronto vayas a nacer y por fin podamos tocar tu linda piel y ver tu pequeño cuerpecito en nuestros brazos. Así que papi me ha pedido que prepare ya las maletas tuya y mía para emprender el viaje a conocerte. La verdad no se por donde comenzar, no tenemos maleta tu y yo y solo quisiera echar a una bolsa toda la ropa que con tanto amor te lavaron tu abuela y tu tía Norma. Sé que cuando papi llegue me va a dar un sermón de lo desconsiderada que soy al no hacer lo que me ha pedido pero no quiero que un momento más pase sin escribir las primeras palabras que tengo para ti: Te amo. 

Te amo con todo mi corazón y todas mis fuerzas. Dios te ha formado dentro de mi gracias al amor que tu papi y yo nos tenemos y a los dulces besos que me dió un día. Desde que eramos novios te imaginábamos y soñábamos como serías, ¡era tan lindo imaginarte! Esperábamos que tuvieras lo mejor de cada uno, como la sonrisa de papi, mis ojos grandes, tanto cabello, los ojos de tus abuelos y bisabuelos. Eras un sueño en nuestro corazón y un anhelo para el futuro. Después, cuando nos casamos y supimos que vendrías todo fue ¡como un temblor! Yo estaba asustada y sorprendida, mientras que papá saltaba de alegría y aplaudía tan emocionado.

La primera vez que te vimos eras del tamaño de un frijol. y no sabíamos si serías un pequeño niño o una nena, por eso te llamamos así: el frijol. Yo vomitaba y tenía sueño todo el día. En el trabajo me quedaba dormida como un oso y tu papi no sabía que hacer o cómo ayudar. Todo este tiempo ha sido un héroe para nosotras. Es dulce y tierno. ¡Nos ha protegido y abrazado tantas veces! Disfruta mucho acostarse sobre mi panza y escuchar tu corazón. Se asombra cada vez que te mueves y que das de pataditas, te ha puesto música pero él a veces quiere que escuches rock y la verdad no le he dado permiso. Te habla, te llena de besos. De un tiempo para acá se pone triste porque cuando te habla o pone su mano sobre ti te quedas quietecita, pero yo sé que te pasa lo mismo que a mi con él, nos pone tan nerviosas y emocionadas que nos quedamos pasmadas sin saber que hacer.

Soy tan feliz de saberte conmigo, De poder tenerte aquí dentro y sentir tus movimientos y tus hipos. Tu entrenamiento para respirar. He aprendido a saber cuando estás cansada y también adolorida. Cuando estas dormida, cuando mueves tus manos y pies. Me costó mucho trabajo poder sentirte. Desde que tenías cuatro meses en mi panza yo quería sentirte, saber que estabas ahí y que estabas bien. Pero los tiempos de Dios no son los nuestros nena y fue hasta después de los seis meses cuando te sentí por primera vez. Fué un golpe pequeño, como palomitas tronando dentro. ¡Estaba tan feliz! Ahí fue cuando me dí cuenta de que en verdad llevaba una pequeña persona conmigo, que teníamos juntas dos corazones, cuatro ojos, manos y pies. Papi y yo íbamos a verte cada vez que podíamos y estábamos tan nerviosos porque queríamos saber que serías. Tus tías y tus abuelas nos acosaban con preguntas y también estaban desesperadas por saberlo. En cuanto dijimos que serías una niña todos se pusieron tan felices y empezaron a planificar sobre lo que te regalarían y los vestidos y moños que habríamos de ponerte. ¡Hasta el día de hoy haz recibido tantos regalos! Vestidos, zapatos, muchas calcetas, pañales y mucho de lo que necesitarás ahora que nazcas. En la medida de sus posibilidades nos han ayudado y somos muy bendecidos de tener a tanta gente que nos ama y que te espera llena de felicidad.

Antier oraron por nosotros tres, por ti, por papi y por mi. Para que fuéramos valientes y fuertes y que tu fueras sana y llena de bendiciones. Quiero decirte algunas de las cosas que dijeron de ti, para que cuando dudes acerca de quien eres o de si podrás hacer algo, te puedas dar cuenta de cómo aún desde antes de nacer Dios te bendijo de manera abundante y como declaró sobre tu vida bendición. Tú eres valiente, haz sido guardada de todos los peligros, las circunstancias y enfermedades en mi vientre, eres el consuelo para nuestro corazón, Eres alegría, creatividad, sonrisas y luz. Eres bella por dentro y por fuera, eres sana, eres hecha por y para Dios y su propósito perfecto, eres virtuosa, eres dulce, inteligente, sabia y una guerrera. Es un poco, pequeña hija, de lo que viene a mi memoria. Nunca lo olvides. Todo eso eres tú.

Cada día que te he tenido en la panza ha sido una montaña rusa. Ha sido una dura batalla que hemos librado juntas, el cansancio, la tristeza y el duelo me han perseguido sin descanso, pero Dios me ha dado la fuerza para no desfallecer al sentirte dentro de mi. Cuando estoy triste, tu te mueves y me recuerdas que estás aquí, me abrazas desde dentro. El ver los ultrasonidos y tu pequeña ropita me hacen sonreír, renovar mis fuerzas. Quiero que sepas que me he esforzado mucho por cuidarte. Por favor perdóname si no ha sido lo suficiente, si no te haz sentido tan feliz o fuerte como deberías. Siento que lo he sacrificado todo por estos días, pero Dios renovará mis ánimos y me dará más para darte a ti, mi pequeña niña. Mi más grande bendición. Compañerita de vida. Mi persona favorita.

Llegó tu papi y debemos ir a arreglar todo para emprender el viaje a verte mi muñeca. No importa lo que pase, donde estemos, o cuanto tiempo haya transcurrido, el amor y la alegría que sentimos por ti no cambia, ni cambiará. Este texto estará vigente y disponible para ti aún más allá del fin de nuestros días. Así, llenos de defectos e imperfecciones, te amamos con todas nuestras fuerzas.

Besos dulces.

Mamá.