domingo, 2 de junio de 2024

Del día sábado por la noche

Querida Aria, esta es otra carta para ti. Espero, al final de mi vida, llenarte de ellas y de memorias. Hasta donde tú quieras, donde se pueda.

Es para contarte algo.

En la vida, vas a brillar. Mucho, muchísimo. Porque eres amable, porque sabes tantas cosas, porque eres valiente. Eres muy hermosa también. Tu corazón es generoso y tu mente ágil. Conocerás el mundo y muchas formas de vivir. Y no importa dónde o cómo decidas estar, brillarás.

El detalle es éste, amada mía. No a todos les gustará.

Habrá quien te mire feo aunque no te conozca. Habrá quienes se nieguen a conocerte porque serás demasiada luz a sus ojos. Quien diga que eres exasperante o demasiado colorida, o cualquier otra cosa.

Tienes que saberlo. No es tu culpa, ni tu problema.

Anoche fui a comprar la cena para papá. Llegué al área de comida del pueblo. Ya sabes tú dónde. Fue un acto de amor y de servicio. Sabes lo que me cuesta. Pero lo hice. Iba yo cuidando de no caerme frente a la multitud, cuando levanto la vista. Una mujer, desde lo alto, mirándome con enojo. A mi derecha, otra, con su hija adolescente, me veía con desdén. Y al fondo, otra con su familia, susurrando. Los vi. Las vi. Y por un momento, no supe qué hacer. Vivir en un pueblo pequeño ha hecho que podamos caminar en libertad, sin temor, con pocos tiempos muertos y mucha luz. Pero, también hay días en que uno no está para soportar los juicios del mundo. Bastante se tiene ya con los propios. Quería meterme en el rincón más oscuro, en el fondo de un barril.

Olvidé lo que hoy te digo. No era mi culpa. No lo es.

Hay muchas personas insatisfechas con su propia vida, que llegan en momentos de incertidumbre y con una mirada nos hacen trastabillar. No debí permitirlo. Traté de no hacerlo. Quiero también que lo sepas. No siempre tendrás fortaleza o paz, templanza. Pero podrás sobreponerte.

Ayer, de repente, me sentí sola. Pero estar sola es un estado relativo, de tranquilidad y silencio, o de ansiedad y temor. Recuérdalo siempre, es bello estar sola. En la compañía de uno misma se encuentran las respuestas, las alegrías más profundas. Las cosas más valientes serán hechas por ti en soledad, y las más bonitas también.

Si un día te sientes así, no temas. Ahora sabes que a todos nos pasa. Y que yo estoy contigo, aunque no esté.

Deseo para ti siempre sabiduría y confianza. Deseo personas que te amen genuinamente. Deseo que sigas siendo auténtica y luz para los que te amamos.

Y para esas mujeres, deseo de todo corazón que sus hijas nunca se encuentren con alguien como ellas, en un momento de inseguridad.

Hoy y todos los días, te amo.