Por instinto natural, las personas buscan, rebuscan, se buscan.
De un tiempo a la fecha, Katrina Pepina se siente algo diferente.
Cierto es que siempre le ha buscado sentido a todo y que las cosas paranormales la han atraído desde pequeña. Fantasmas, vampiros y otros seres la intrigaban.
Aún recuerda cuando, a escondidas de Má, tomaba las revistas de aquel que fue por un litro de leche y no volvió. Contrario a lo que se piensa, se trataba de publicaciones pseudocientíficas que exacerbaban el poder de las pirámides, las experiencias de abducciones por seres de otros mundos, los rituales poderosos del ajo contra los vampiros y las capacidades telepáticas de algunos afortunados.
Recordaba también, cómo después de leer, duraba noches enteras llena de ataques de ansiedad y de insomnio, porque temía ser secuestrada por extraterrestres verdes que vendrían a explorar su cerebro. Má lo sabía. Había leído esas cosas otra vez. Tenía siete años.
Inculcada en la fé católica, fue ferviente fan de ofrecer flores en los rosarios, cantar en el coro dominical y soñar con ir vestida de blanco en el pasillo episcopal de la capilla del Sagrado Corazón de Jesús.
Eso sabía de Dios. Eso creía de Él.
Un día, al salir del catecismo donde habían estudiado los mandamientos recuerda decirle a Má:
-No sé porqué la gente va al infierno. Cumplir esas reglas es muy fácil. A lo mejor mentir es lo más grave que pudiera sucederme. Pero yo estoy casi segura que me voy pa’rriba.
No entendió la risa que emitieron sus interlocutoras. Má y su amiga se miraron de reojo, y sólo dijeron, ojalá así sea. Ahora las entiende.
Y esque luego crece y le salen con que sus obras no cuentan y es la Gracia divina la que la salva. Y qué bueno porque si fuera examen ya hubiera tronado como palomita. Porque la verdad cae más pronto un hablador que un cojo y la gracia fue lo que, en una noche oscura del alma, más profunda y más oscura que cualquier noche que hubiera podido ver, la rescató.
“Porque cuando soy débil, soy fuerte…” Le habló desde lo más profundo de sus entrañas mostrándole aquella noche que no había nada que pelear, nada que hacer. Que sólo la rendición absoluta y el admitir la incapacidad de tener las circunstancias bajo control, sería la llave para la libertad y la muerte del dolor dentro de su alma. Que la conexión con el Ser y con el todo sólo se podía obtener desde la humildad. Que su identidad era e iba más allá de lo que se ve, lo que se piensa, lo que se siente.
Desde ese día, se va transformando suavemente. No es un milagro evidente. Sigue siendo rubia -natural, obviamente-, pero cada vez trata de elegir mejor sus batallas. Por ahora ha decidido que el dinero, la fama y la gloria ya no son cosas que anhele. Tampoco el incesante ruido de la calle, la fiesta, la multitud. Soñó -¡tantas veces!- con vivir en una gran ciudad, cosmopolita, urbana, citadina. Hoy se descubre anhelante de vivir en el campo, en silencio, en paz.
No sabe porqué cambió tanto. Recuerda que se cansó de tratar de mostrar su valía, la de su trabajo, la de sus servicios, la de su propia persona.
En el silencio profundo y el sudor de un ejercicio bien hecho encuentra la fuerza y la alegría. En las palabras edificantes el abrazo para los suyos. Descubrió que en el placer hay trampas oscuras y que lo peor que puede hacer es creer todo lo que piensa. Que el espejo puede mostrarnos belleza pero la verdadera belleza se refleja en cómo servimos a los demás, y que aún con todos nuestros defectos, estamos destinados a ser y a hacer lo que corresponde, de manera indefectible.
No sabe si está despierta, viva. A ratos sí. Ama sentirse ignorante de tantas cosas pero también agradecida de las que conoce. Admira y respeta profundamente los procesos y los caminos ajenos.Ya no desea entrometerse. Sólo vivir aquí, en paz, ahora, con la esperanza de volver al todo un día.
Escorbuto la observa, cantando fuerte, hablando sola, con las narices entre páginas y sueños. Luego parece guacamaya. Al rato, ida, viendo entre los árboles sonríe para sí misma y para quien la mira.
-Hoy ya fue, mañana quién sabe. - Afirma la sabia mujercita mientras se prepara una sopa caldosa para su gripa de junio.
Wow Me encantó.💖
ResponderEliminarGracias por leer, bonita.
EliminarMe encantó ! Porque cuando soy débil, soy fuerte” y la idea de que la rendición es la llave para la libertad es una hermosa reflexión sobre la espiritualidad.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gustara, ¡fue la primera que vino a mi mente! Me recuerda hierba suave y flexible. Gracias.
EliminarAmamos ♥️
ResponderEliminarGracias Ale. 🙏
EliminarAme Comis🥰
ResponderEliminar¿Quién será ésta anonima misteriosa? Te quiero, Comis. 🩷
EliminarMe encantó !! Muy bonito y me reflejo en katarina en varias cosas.
ResponderEliminarQué gusto, ¡espero que no sea en el hecho de que te asugustaban los marcianos! Es broma. Gracias.
Eliminar❤️❤️❤️
ResponderEliminar🩷🩷🩷
EliminarAmeeeee
ResponderEliminar¡Qué bueno! Gracias por venir!
Eliminar😍 hermoso
ResponderEliminarGracias, qué gusto que hayas venido. 🌸
EliminarEsperemos que la sopa caldosa sane, si no sana su gripa , siga sanando su corazón, su momento y su tiempo. Excelente.. Rubia Barbie.
ResponderEliminarKarina
EliminarAsí que sea. La sopa funciona. 🙏Luego les paso el tip de mi naturalidad capilar. ¡Saludos!
Eliminar