miércoles, 10 de marzo de 2010

Katrina Pepina está muy enojada hoy...


En Como Sea, los hombres malos se andan paseando por doquier y no hay nadie que los detenga...

Como se han de imaginar, Como Sea está en México. Y carga con los mismos dolores que todos en estas fechas.

-Cuando yo era niña, me mandaban hasta el otro lado de la ciudad sin preocupaciones, ahora tengo que andar persiguiendo a Caramelita hasta en el patio de la casa...

Según lo que ha leído, nunca habíamos tenido tanto, tanta gente letrada (claro que aún no se comparan las cifras con las de la gente obesa), tanta comida, tanta comunicación, tanta información circulante, tanto ratero, tanto suicidio, tanta drogadicción.

-Híjole, estamos tan vacíos...

A Katrina Pepina le molesta ver a los hombres malos desayunando tacos de Barbacoa en la Calzada, gastándose el dinero del rescate de su vecino, su compañera de escuela y otros tantos que corrieron para nunca volver.

-¡Ya sé! Si somos más los buenos que los malos, ¿por qué no nos juntamos y les arrimamos una buena carrereada?

Así como antes que los perseguían con machetes, yo tengo uno y puedo sacarle filito...

Y aunque ella no es muy dada a la violencia, ya se aburrió de ver que los hombres a los que le pagan por cuidar Como Sea, se la pasen sentados en la plaza. Cree que se debe tener el coraje de Morelos o Hidalgo (eso dice porque ni los conoció), para dar la vida por tus ideales. Aunque la verdad le espanta imaginar su cabeza colgada en una esquina o en una hielera.

A pesar de que dicen que todo tiempo pasado fué mejor,Katrina Pepina tiene la esperanza de que no sea así.

Cree que México, Como Sea y todos los pintorescos pueblos de su país, tienen derecho a mantener su polvosa carita en alto y a exigir algo más y algo mejor. Eso la hace levantarse cada día y tener ganas de irse a buscar trabajo, de superar sus propias limitaciones.

-Porque creo que el día que muera voy a extrañar mucho estar viva...-Se dice en sus cavilaciones.

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