domingo, 25 de julio de 2010

¿Por qué tu llanto, niña del espejo?
¿A qué le temes más que a la propia vida?
El sol se pone a tus pies cada día.
¿Por qué sufres, pues?
¿Acaso no eres hecha para soportar y mantener, dar a luz?
No temas. No llores más.
Respira profundo. Libera. Perdona. Renuévate en un suspiro.
Toma de tus ojos la luz mas tierna del amanecer y guárdala en tu corazón.
O en tus riñones. O tu vejiga. O en tu baso.
Donde perturbe y acrecente, donde confronte y descubra lo más oculto.
Que tu nueva luz llegue hasta debajo de tu cama. Hasta tu viejo ropero.
Porque nada vale más que un ropero lleno de aire y soles blancos.
Entonces nada te ha de faltar.

1 comentario:

  1. aaa la vida y sus miles de facetas... que te puedo decir si se algo pero no mucho de ese mar ...en fin gracias por tu comentario en mi blog ...me retiro por que estoy trabajndo en mi humilde puesto de Gelatinas

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