miércoles, 15 de diciembre de 2010

Esta es la historia de un chabacano...

Desde pequeño vivía soñando con tripas y firmas. No sabía que quería decir tan confuso sueño, y decidió investigar...

Empezó a pensar seriamente en ser taquero de tripitas, de esas que se piden o suaves o doraditas, así que compró dos kilos en la carnicería y con esmero se puso a cocerlas en un cazo. Sin embargo, al tratar de hacerse un taco descubrió que la cebolla lo hacía llorar demasiado, así que lo dejó por la paz.

El sueño era recurrente, papeles, visceras y una linda pluma brillante.

Después decidió hacerse famoso. ¡Tal vez eso significaba su sueño! Fimas de autógrafos, de discos. ¡Si, eso era! ¡No podía fallar esta vez!

Se puso unos pantalones muy apretados, su suéter roto de rockstar, como el de los niños galanazos de la tv, y salió en busca de algo que lo ayudase a cumplir su objetivo.

Pero no pudo. No lo llenaba. Toda esa gente con la que convivía estaba hueca, en lugar de frutilupis tenía papel de baño usado, y el corazón se les estaba asfixiando debajo de almohadas de silicón.

Volvió a casa confundido, y soñó de nuevo...

Hace tiempo ya de todo eso. Años quizá. Hoy ese chabacano duerme tranquilo, con la paz que sólo da una noche sin sueños.

¿Que si descubrió ya su respuesta? No lo sé. Pero espero que así sea.

Un día despertó tan lúcido que al momento salió de casa, estudió, leyó y vivió. Y se convirtió en Matasanos.
Ahora ha de firmar recetas al pormayor con su plumita brillante, cargará con historiales y experiencia, y ha de ver más entrañas de las que veremos tú y yo en nuestra vida.

Felicidades Chabacano Impoluto. Un sueño duerme ahora y despiertan muchos más. Ya después sabremos como continúa tu historia...

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