Katrina Pepina tiene tanto sueño...
Es la noche perfecta para descansar, afuera llueve, el silencio es tan profundo.
Gaia* se ocupa de tomarnos fotos desde el cielo.
Y Katrina Pepina sonríe para todas.
Ella sabe que primero es la luz y luego el resonar.
Pero en su fantasía Gaia le grita primero: "¡Sonríe!"
Y luego, ¡Zas! el flashazo que cubre su rostro y todo su entorno.
Así, ¿Quién necesita una patética cámara panorámica?
Y aunque se le cierran los ojillos de mapache, Katrina Pepina se niega, rotundamente, a dejar de escribir.
No soporta irse de nuevo.
Y ya se sabe ese cuento de: "No es adiós, es hasta pronto". Pero eso es una estupidez para ella. No le gustan los hasta prontos o hasta tardes o hasta luegos y no luegos.
Se pensaría que la despedida más dolorosa fué la que les dió a sus Tatas, pero esa iba llena de paz y de la confianza en la ley universal de la materia y la energía.
No, la más triste despedida fué cuando tenía como nueve.
Después de unas vacaciones de tragar y tragar pan dulce empaquetado para sacar estampitas de Hércules (Katrina Pepina cree que ahi se definió su estructura corporal), el Primo Gringo de Katrina Pepina tiene que irse.
Ella lo lleva a la estación de autobús con ganas de que esté cerrado porque de repente el primero de mayo se cambió de fecha, o por cualquier motivo válido.
Y al despedirse con un abrazo y un "nos vemos dentro de un año", los dos muy machos y riéndose de nervios, el Primo Gringo se trepó al camión.
Entonces Katrina Pepina lo vió por la ventanilla, sentadote como si nunca hubiera venido, o como si vinera llegando, y empezó a llorar.
Las lágrimas le corrían por los cachetes redondos como mantecadas y el Primo Gringo arriba llorando también a todo lo que daba para no tener que usar la letrina del autobús.
No podían parar de llorar.
Fué ahí cuando en silencio y a distancia, descubrieron el gran cariño que sentían por una persona que sólo veían quince días cada año.
Y aunque la promesa de volver se ha cumplido hasta ahora, nunca hablan de lo mucho que se aprecian y de lo raras que serían las vacaciones si un día ya no pudieran verse más.
Ahora ya saben por qué a Katrina Pepina no le gustan las despedidas.
Después he de platicarles porqué no le gusta visitar a las mamás recién aliviadas, y porqué huye de sus verdaderos amigos de repente.
- Pero por hoy, toca dormir...
*Gaia es el nombre que le dan los griegos a la Madre Tierra.
escribes bien padre!!!! felicidades
ResponderEliminaryo habia creido que hacia bonitos poemas o poesias o esa cosa que se hace con los pensamientos que se desarrollan cuando se aprecian cosas maravillosas, pero no fue asi despues de leer las cosas que katrina pepina escribe y soporta... me e quedado muy abajo.
gracias! ya sabes donde puedes venir a visitarme...
ResponderEliminarSaludos!