Nota: Ésta carta fue escrita el 19 de febrero de 2017.
Dulce hija mía: hoy hace un año y un día que nos conocimos.
Gracias por existir, es lo primero que viene a mi mente al pensar en qué decir. Te amamos profundamente y no hay tiempo más feliz que éste que hemos pasado junto a ti.
Quiero contarte cómo pasamos tu cumpleaños: despertaste y tu papi, tía y yo te cantamos las mañanitas. Nos miraste asombrada y tus ojos nos decían que no comprendías. Desayunaste un taco de requesón y frijolitos (tu comida favorita por estos días), mientras yo batía betún y papi compraba tu piñata y otras cosas.
Te pusimos un vestido con tutú, tus mallas rosas y un pequeño tocado verde. Te veías adorable.
Compramos pizza con el dinero de tu bote - una botella de plástico en la que durante un año depositamos monedas y billetes especialmente para tu cumpleaños-, y papá la recogió junto con tu pastel.
Fuimos a casa de abuelita.
Comimos y dormiste tu siesta. Al despertar, te cantamos las mañanitas todos juntos y soplaste tu velita. Partiste el pastel y abuelita te llenó la nariz de betún. Quiero que sepas que nada te hizo tan feliz como pegarle a tu piñata. Gritabas y sonreías.
Abriste tus regalos, una camiseta que tu tía Coco mando hacer para ti y un robot que mamá escogió y que al parecer no es tan emocionante como ella creía. Ya sabes subir las escaleras gateando y cada día estás más cerca de caminar.
Tus palabras de estos días son agua, leche, zapato, coco, gua gua.
Feliz cumpleaños vida mía. Feliz cumpleaños a mi por tener la fortuna de tenerte. Feliz primer cumpleaños de todos los de tu vida. Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario