domingo, 25 de febrero de 2024

De abrazos y héroes

- Siete al día. - Es lo que dice Katrina Pepina a Cachetina cuando pregunta cuántos abrazos se deben recibir durante el día.
Katrina Pepina ama los abrazos. Son su expresión favorita de cariño. La llenan de paz, de seguridad, de consuelo. En ellos da comprensión, cariño, ternura. Recuerda los pequeños y formales (de compadres, les dice ella), los que se dan en un momento de tristeza y confortan el corazón, aquellos en que la cargan y le dan vueltas, flotando sus pies, los que duran mucho, los que duran poco.
Ella está segura que no hay cosa más bonita que abrazar. A Cachetina, al perro, a sus amigas, a Escorbuto, a la vida, a sí misma.
Pero de unos días para acá, no ha sido abrazada. En sus ocupaciones, en el ir y venir del mundo, se le olvidó como abrazar, y por consiguiente, anda por la vida como zombi, iracunda, necesitada, sola.
Cachetina la ve llorosa, mocosa, colorada. No es lo que quiere mostrar a su niñita. Quiere ser un buen ejemplo, pero si no llora se le endurece el corazón y entonces lo usa como piedra para aventar a todo el que se le acerca.
Quiere encontrar una solución. Un suéter amarrado a la espalda, el perro colgado al cuello como abrigo fino, alargar sus brazos como superheroina y abrazarse a si misma, pagar por un masaje, etcétera.
¿Dónde hallar la calma y la seguridad? ¿Dónde un refugio seguro?
No hay quien quiera salvarla. ¿Porqué espera ser salvada?
¿De qué, de quién?
Nadie lo sabe.
- Avisen si se enteran- dice. 

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